Centro de Estudios para la Democracia Proactiva
“José Ignacio García Hamilton”
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Antecedentes:
El Arte de la Guerra escrito por el General y gran estratega militar Sun Tzu en la antigua China es uno de los libros más leídos de toda la historia, y aunque hayan pasado unos 2 500 años desde su escritura, sus principios y consejos pueden ser aplicados al ámbito militar y político de la actualidad.
Sun Tzu establece que al adversario hay que atacarlo por el lugar donde menos lo espera. Hay toda una serie de estrategias que por muchos años se han venido aplicando y siguen manteniendo su efectividad.
El régimen cubano llegó al poder por medio de la violencia, utilizando todo tipo de acciones, desde las armadas hasta los sabotajes, hoy considerado terrorismo. El terrorismo se implantó como estrategia de lucha, fusilando extrajudicialmente a sus delatores o simplemente a los simpatizantes del régimen de Fulgencio Batista.
Justificación:
La Carta Universal de los Derechos Humanos confiere el derecho a la rebelión como recurso supremo contra la tiranía y la opresión.
La violencia en un país con todas las garantías democráticas se puede considerar terrorismo, pero en una dictadura la violencia a cualquier nivel es una forma de lucha para alcanzar la libertad.
En Cuba, una casta que llega al poder por la fuerza e implantar un sistema totalitario de izquierda, que no contempla la alternabilidad del poder, la convierte en una tiranía y contra una tiranía todos los métodos de lucha son válidos.
Además, de ser una tiranía represiva políticamente, ha mantenido el país por más de 64 años en una miseria total. Al extremo, que la destrucción que experimenta la infraestructura del país bien pudiera considerarse un sabotaje de Estado. Por tanto, cualquier daño a la infraestructura que se produzca en aras de conseguir la libertad siempre será menor que el daño que nos ha causado el régimen durante tantos años.
En la situación actual, la principal motivación para la rebeldía popular es el estado de hambruna de la población cubana. Teniendo en cuenta que el Estado cubano es quién tiene el control político, económico y social del país.
Estrategias.
Las protestas públicas pacíficas, como expresión genuina de la lucha cívica no violenta son muy bien vistas por los regímenes opresores. Incluso, les beneficia que sus oponentes se pronuncien por este tipo de lucha, que saben que por la naturaleza de su régimen opresor y totalitario no le traerá ninguna consecuencia.
Por Tanto, la lucha cívica no violenta debe transformarse en una lucha cívica confrontacional durante sus manifestaciones e implementar métodos y acciones que den ciertas ventajas contra el enemigo. Hay que prolongar la capacidad de la lucha, para obligar al régimen a agotar sus recursos para la represión. Sin embargo, no se puede caer en la trampa de las manifestaciones llamadas: “sin retorno”. Aunque desde el punto de vista estratégico y de lo políticamente correcto es positivo llamar “protestas pacíficas”. Sin embargo, la respuesta de los regímenes, principalmente de izquierda es sumamente violenta, que puede llevar hasta el asesinato de los manifestantes. Entonces, no se puede jugar el papel de víctima y de perdedor precalificado
Siempre debe tenerse presente que las protestas deben ser por concentración de las personas en diferentes puntos cercanos de un centro, que deben ser el comienzo de la concentración. Los puntos estratégicos de concentración tienen como objetivo encerrar en un cerco a los represores.
Los manifestantes nunca deben enfrentarse a las fuerzas represivas desde un solo punto, por eso no se deben realizar marchas. Si mediante la marcha para el punto de concentración se produce una obstrucción represora, no se debe enfrentar, debe coordinarse el despliegue para seguir avanzando o dividirse las fuerzas para meter en un cerco a los represores.
Una cosa a tener en cuenta es el escenario. Desde que se escribió el libro, El Arte de la Guerra se determinó que no se podían librar batallas en campo descubierto. El Arte de la Guerra escrito por el General y gran estratega militar Sun Tzu en la antigua China es uno de los libros más leídos de toda la historia, y aunque hayan pasado unos 2 500 años desde su escritura, sus principios y consejos pueden ser aplicados al ámbito militar y político de la actualidad.
Las manifestaciones tienen que apoderarse de todo lo que pertenezca al estado-gobierno. La crisis alimentaria justifica la invasión de todas las tiendas y almacenes estatales. Así como el sacrificio y distribución de todos los animales bajo la administración estatal. Con estos hechos se puede saturar la represión, no se tiene la capacidad de procesar y encarcelar a tantos miles de personas.
Sin embargo, donde no se tuvo en cuenta cómo manejar el teatro de operaciones como en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, las protestas fracasaron.
La estrategia debe ser ganar y ganar, de lo contrario el poder de convocatoria se pierde y la capacidad movilizativa se pierde. Al punto, que llega el momento que las protestas desaparecen, y ya pueden ser bien controladas por esos regímenes.
Los manifestantes no pueden llegar a ser las únicas víctimas. Las víctimas siempre inspiran lástima, pero nunca respeto. Hay que convertir a los represores del régimen, en cualquiera de sus modalidades, en víctimas también. Los edificios, viviendas altas y toda elevación son propicias para contraatacar a los represores. Se puede utilizar cualquier cosa que se tenga a mano, desde botellas con agua hasta cartuchos con cualquier sustancia en descomposición o fluidos humanos o de animales, todos son muy efectivos.
En el caso cubano hay algo que debe tenerse bien presente, las protestas son un mecanismo de presión al régimen, para obligarlo a hacer ciertas reformas, incluso políticas, no para deponerlo. Ya que en Cuba no hay un mecanismo organizado y estructurado para formar un gobierno alternativo o de reemplazo del régimen. Ese es un proceso que esa apertura puede ayudar a consolidar a largo plazo.
Finalmente, luego de todas las estrategias planteadas, hay un último detalle muy importante: la convocatoria.
Las características represivas del régimen cubano imponen un nuevo estilo de protesta y convocatoria. Lo sucedido el 11 de julio del 2021 ha limitado la capacidad de la población de apostar por y participar en sublevación popular. Entonces, la carencia generalizada de bienes y servicios en el país nos posibilita establecer como demanda el reclamo social, teniendo en cuenta el supuesto estado paternalista, que es el responsable de garantizarlo todo.
En este contexto se establece un momento o motivo para cada reclamo social. Ejemplo: el día por el pan, un día por los medicamentos, un día por los alimentos, un día por los apagones y falta de electricidad, etc. Los líderes sociales deben llevar un grupo de personas a las sedes del gobierno pidiendo ayuda para ese caso específico, que no se marcharan del lugar y repetirán diariamente su petición hasta que no se le dé solución al problema. La población siempre actuará de forma espontánea y en la medida que esta acción se repita, se irá sumando. La ingobernabilidad democrática funciona, pero hay que ponerla en práctica. Hay que hacerse ingobernable. Cuando el poder de convocatoria y la capacidad movilizativa lo permitan se puede pasar a todas las acciones descritas más arriba.
Miami, 12 de Julio 2021