CUBA, 15 de agosto 2021 – www.democraciaproactiva.org – La confrontación cívica es parte de la estrategia de la lucha conocida como “La Ingobernabilidad Democrática”. Se define como confrontación cívica o lucha cívica confrontacional a la defensa de ideas y conocimientos ante personas o en espacios públicos, ejerciendo la libre expresión en aquellos lugares donde la libertad de expresión se encuentra coartada.
La efectividad de la lucha cívica confrontacional depende de los métodos y formas en que se realice. La confrontación cívica se puede realizar en cualquier lugar y circunstancias y pude ser de forma individual o colectiva.
El éxito de la confrontación cívica depende mucho de la capacidad de información y conocimientos de sus actores. Además de un buen entrenamiento psicológico y emocional para neutralizar el miedo escénico y dominar el escenario.
No se puede confundir la confrontación cívica con el enfrentamiento verbal descontrolado y sin argumentos, donde se repiten calificativos y descalificativos de ambas partes.
La confrontación cívica se puede emplear de forma directa o personal para contrarrestar la acción de los represores. Para ello deben tenerse los mejores argumentos, asumir las amenazas como parte natural del comportamiento represivo y desestimar de forma expresa la importancia de cualquier castigo, incluida la prisión. Como mejor surte efecto la confrontación cívica contra el represor es cuando se toma por sorpresa y no espera ese comportamiento del reprimido. Esto es válido, incluso durante la presencia policial y agentes de la Seguridad del Estado sitiando viviendas de opositores. El enfrentamiento cívico lo puede hacer, tanto la víctima, como un grupo de apoyo cívico.
El enfrentamiento cívico se puede hacer en todas las circunstancias: durante los allanamientos, arrestos, detenciones transitorias e incluso dentro de la prisión.
Cada cual puede elaborar sus propios argumentos, partiendo de información pública, citas históricas, vivencias personales e incluso, utilizando pronunciamientos de sus propios líderes que con el tiempo se hicieron contradictorios. Todo eso se puede ensayar durante los entrenamientos.
La confrontación cívica pública se puede realizar de forma espontánea o planificada. Si hay un ambiente propicio y se produce un incidente social espontáneo se puede capitalizar la situación. En estas circunstancias siempre es preferible una alocución en forma de discurso. También cualquier actividad oficialista como reuniones, círculos de estudio, etc. se puede aprovechar para romper el hielo de la confrontación cívica.
Hoy vamos amostrar con dos ejemplos como se materializa la confrontación cívica:
Según cuenta Gerardo Páez, promotor y fundador del proyecto de los Municipios de Oposición en Cuba fue citado para el día 13 de agosto a las 2 de la tarde para la Estación de Policía con el Tte. Denis S/A para una entrevista. El oficial que debía entrevistarlo no llegó en un tiempo prudencial, por lo que decidió abandonar el lugar tal como está contemplado en la Guía para la Ingobernabilidad Democrática
Al Gerardo anunciar que se retiraba por la tardanza del oficial en cuestión la primer oficial conocida por Eva lo tildó de gusano, entre otros improperios. A lo que Gerardo respondió que él había ido a la hora señala, que no tenía que había ido por libre y espontánea voluntad porque la citación la citación, por lo que no tenía que esperar por la irresponsabilidad o comodidad de ellos.
Dice Gerardo: “Cuando me levanté y le dije que me iba que yo no estaba para soportar esas ofensas, no siendo ella la que me había citado, me dijo: váyase para el carajo, a lo que le respondí que esa era la actitud que siempre había esperado de ellos”.
El otro caso aparece en un video subido a Facebook, lo que demuestra que las estrategias hechas públicas siempre llegan a un oído receptivo. La muchacha del video emplaza a dos agentes de la Seguridad del Estado y les dice una serie de verdades que los deja sin argumentos.