Centro para la Democracia Proactiva

Ing. Hergues Frandín Díaz
Presidente del MDO de Songo-La Maya.
Emal: herguesfd@yahoo.com
Teléfono 53684553

Todo  cuanto se haga en Cuba para lograr la democracia es positivo. Los métodos y estrategias pueden variar, si el propósito es crear los fundamentos de un Estado de Derecho y que la democracia en ejercicio se instaure en el país. Negativo es la inercia, la apatía  y los errores, producto de concepciones  y acciones fallidas,  muchas veces por intereses mezquinos o falta de previsión de su impacto en la sociedad y sus posibles consecuencias, que muchas veces se revierten en contra de los objetivos democráticos.

La oposición cubana está compuesta por organizaciones con líneas de acción bien definidas, otras con menos o mayores recursos, organizaciones con una membresía mejor preparada y otras sin objetivos claros, por lo que imponer una línea de acción para todas por igual es difícil y contradictoria.

El proyecto de los Municipios de Oposición (MDO) tuvo en cuenta las fortalezas y debilidades de cuantos proyectos se habían ensayado en Cuba y otros países de corte totalitario. Incluso, las limitaciones de los recursos y su mala distribución por los diferentes proveedores.

Los Municipios de Oposición son la estructura en cierne de un sistema de gobernabilidad democrática. Su estrategia radica en una representación social genuina y a su vez confrontar a las autoridades en el poder, para comprometerlas ente el pueblo por su irresponsabilidad administrativa, haciendo uso de los recursos y canales legalmente establecidos, para demostrarle a la ciudadanía que los poderes públicos están atrapados por una imposición vertical que impide su falta de autonomía.

Los  MDO (Municipios de Oposición) son un proyecto bien concebido. Su estructura organizacional compuesta por diferentes comisionados encargados a las principales áreas de la dinámica social, con una absoluta descentralización y abarcando todo el territorio nacional hacen de los MDO una trinchera indestructible por parte del régimen.

Por tanto, todos los integrantes de los MDO deben mostrar cualidades y aptitudes que permitan desarrollar su trabajo. Cuando esto se logra, el resultado permite enfrentar al gobierno con conocimiento de causa, veracidad en la información, lógica y sobre todo, con una propuesta de solución atractiva para la población. Sus demandas representan los intereses de todos los ciudadanos, en lo individual o colectivo, ya sea de una persona, comunidad o empresa.   Por lo que las demandas se convierten en una aspiración general, mediante la cual se encauza el descontento e insatisfacción social.

El trabajo de representación social exige ciertas condiciones. Sus integrantes deben evitar la pérdida de credibilidad y no convertirse en piezas manipulables que puedan emplear los Órganos de la Seguridad del Estado para combatir la pujanza de la institución. Los comisionados deben ser personas con vocación de servidores públicos y buena preparación, con dominio de toda la realidad de su sector. Cuando un comisionado de un MDO se presenta en una comunidad, ejerciendo un derecho ciudadano y expone las razones que sostienen una queja, el discurso oficial hace agua.  La justificación queda desamparada y se satura la represión, evitando el ciclo de ruptura y parálisis a que juega la inteligencia cubana, que utiliza muchas veces los errores e incapacidad de los propios opositores.

Si el proyecto de los MDO contara con el apoyo real de una buena parte de los líderes de la oposición, colaboraran con su implementación y se contara con un mínimo de recursos para llegar a la base de la sociedad, con verdaderos mecanismos de interacción social,  el gobierno se encontraría en una disyuntiva, la de resolver el problema o ignorarlo. Si el problema se resuelve quedaría como un triunfo político de la oposición, si lo desconocen quedarían ante la población como los verdaderos ineptos que son y responsables de todos los males que sufre la población. Para lograr estos objetivos se necesita un buen trabajo se divulgación.

Cuando tenemos ejemplos concretos ya consumados, como el pago de los adeudos salariales a obreros de una empresa cooperativa, tras una gestión de los MDO, la mayoría de los beneficiados contribuyen a legitimar a la oposición, llevando un comentario a favor de boca en boca, una de las mejores vías de la divulgación.

La perspicacia de las quejas va dirigida a cuestionar desde la base la gestión de gobierno, su inoperancia como sistema y no en la remoción de un funcionario por incompetente.  Por tanto, se requiere preparación general e integral de los comisionados en cuestión, que deben  conocer desde los pactos y convenios firmados por Cuba, población existente, unidades de producción, servicios médicos,  docentes, recursos energéticos, fuentes de ingreso, situación de transporte, manejo de la defensa, alto índice de violencia y suicidio, etc. que engrosan el record de ineficiencia gubernamental, resultado de las políticas fallidas, las cuales dan al traste con el deplorable estado económico, político, social y falta de libertades, que dan fuerza a sus exigencias.

Los MDO desarrollan sus funciones tratando de establecer un orden democrático y constitucional; se identifica ante la población como organización integrante de la sociedad civil, participa como ente activo entre las instituciones y la población y desgasta a los poderes públicos, en el inexistente estado de derecho.  Las demandas sociales al gobierno y  organismos adjuntos se convierten en un instrumento que poco a poco posibilita obliga a los sectores más radicales a coexistir con la oposición, aceptar la razón moral que le asiste  y reconocer que el problema no es la diferencia  ideológica, sino la verdadera justicia social.

Las demandas sociales bien fundamentadas ayudan a desterrar la satanización, a que ha estado expuesta la oposición durante años y desvanece la apariencia magnánima de los Castro y su revolución. Estimula a los comunitarios a defender sus derechos, a la creación de organizaciones no gubernamentales y civilistas, mediante las cuales se puede ejercer influencia para combatir la impunidad, obligando a los  funcionarios públicos del Partido Comunista, único y en el poder a mostrarse como políticos,  articular un discurso coherente, preciso y de gestión, de lo contrario que abandonen el poder, fruto de la presión de una oposición en ascenso y demandante, con fuerte respaldo popular.

Para los MDO, un reto sería involucrar a sectores fuertemente controlados por el régimen, como las grandes empresas y su central de trabajadores por territorios, centros de mediana enseñanza y grandes universidades respectivamente, actores claves para acelerar los cambios, debido a que estos tienen en sus manos el peso de la economía y la responsabilidad de transformar el país. De ahí, la necesaria preparación de los comisionados en cada esfera de la sociedad y su recurrente demanda sus homólogos en el gobierno.

El impacto en la población, de una oposición bien preparada,  se pudo comprobar en el debate  entre la Oposición venezolana y el Gabinete de Nicolás Maduro, transmitido por TeleSur. Impactó la madurez de los Gobernadores y Alcaldes de diferentes estados, cómo demandaron solución a los problemas que enfrenta la ciudadanía, mientras en las calles el estudiantado mantenía las protestas. Desde luego el chavismo en el poder, asesorados por los Castro suspendieron los debates públicos y declinaron el supuesto diálogo y arreciaron la represión.

Una negociación solo se alcanza, cuando el poder está en riesgo y una de las  partes está obligada a negociar para obtener concesiones necesarias, a cambio también de ceder algunas de sus prerrogativas. Esa cuota de poder es el que necesita la oposición para obligar al régimen a una posible negociación. Se necesitan, aunque sea pequeñas victorias sociales, que sirvan de argumentos a la población sufrida e impotente, que por generaciones cae en el escepticismo, de no tener quien exponga la realidad y canalice sus aspiraciones.

Esto no es un absurdo, por el contrario, a diferencia de otras acciones que desarrolla la oposición, los MDO llegan a los dirigentes municipales con las quejas a sus mesas, que no pueden eludir. No se pierden en el éter como las ondas de radio, fáciles de interferir por el régimen. De ahí que contar con una estructura paralela al gobierno, demandando a los “poderes públicos” en todos los municipios a lo largo y ancho del país, sería una opción viable y necesaria, como factor de cambio en Cuba.