Centro para la Democracia Proactiva

Dr. Roberto Serrano Delís
Director de Programas

Centro de Estudios Estratégicos para una Democracia Proactiva
“José Ignacio García Hamilton”
Santiago de Cuba. (CEEDPA)

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El sistema de salud era uno de los supuestos males de la República y que Fidel Castro en el Programa del Moncada prometía resolver  ¿En qué medida la llamada “Revolución de 1959” ha logrado resolverlo?

La República de Cuba antes del 1959 exhibía indicadores de Salud pública superiores a casi todos los países de nuestro Continente en esa época, ya estaban definidos los niveles de salud primarios y secundarios, menos los ahora llamados terciarios, dependientes en la actualidad casi exclusivamente del desarrollo científico técnico y de medios diagnósticos especializados. Por citar un ejemplo en el municipio Songo –La Maya de la provincia Santiago de Cuba se tenían 10 médicos de medicina general, el 70% de la raza negra y 2 estomatólogos graduados en el nivel secundario al triunfar la revolución. En toda la provincia se contaba con 3 hospitales clínicos quirúrgicos, 3 clínicas maternas y 2 hospitales infantiles. En 53 años de revolución, aún con el gran crecimiento poblacional solo se ha construido en la provincia un hospital clínico quirúrgico.

A partir de 1959, muchos profesionales continuamente deciden abandonar el país, entre ellos muchos médicos, debido a la nefasta política del Gobierno cubano para con sus profesionales decenios tras decenios, lo que obliga a la formación continua de nuevos profesionales, lo que incrementa innecesariamente el gasto social ¿Cómo se podría revertir esa situación y que nuestros profesionales, incluidos los médicos no se vean tentados a emigrar?

Desde el comienzo de la revolución muchos profesionales de salud percibieron el carácter comunista de la misma, aunque el gobierno lo negaba. Incluso, llegando a encarcelar a quienes lo afirmaran. El gobierno comenzó a tomar un grupo de medidas de índole sociopolíticas que dejaron sin efecto a muchos médicos privados. Por lo que se produjo una salida masiva de médicos al exterior, quedándose solo los que se comprometieron con la formación ulterior de médicos y los ligados a la revolución.

Si se divide en tres períodos el Programa de Salud de la revolución Castrista se pueden apreciar sus rasgos involutivos y/o contradictorios. Primero: del 1959 al 1980, aquí el estado nacionalizó todas las edificaciones, que brindaban asistencia médica, con la ayuda de la unión Soviética logró aumentar el número de médicos y establecer un sistema de salud con aceptación poblacional.

Segundo: de 1980 al 2000, en este período hay un incremento desmedido de graduaciones de médicos, tanto de profesionales como personal técnico, sobre todo a partir de 1988.

En este período en que se cortan los subsidios del Campo Socialista, el estado desesperado instaura los convenios llamados misiones y colaboraciones médicas en diferentes países subdesarrollados. Incrementándose al mismo tiempo el número de deserciones de este personal al quedarse en estos países. También en la etapa se ve frustrado el Programa del Médico de la Familia de 120 familias por médico. Igualmente la atención médica a todos los niveles también se frustra. Este período de crisis mal llamado Período Especial con recortes en todos los órdenes establece un estado de inconformidad y frustración hacia los servicios médicos.

Tercero: A partir del 2000 hasta la actualidad. Este se puede considerar una continuidad del período anterior, donde como consecuencia de los convenios de colaboración médica con Venezuela y la extensión al Continente Africano aumenta la carencia de medicamentos nacionales, se deprime al extremo las principales industrias y la Salud se convierte en una fuente o renglón primordial generador de divisas. Recortándose aún más el presupuesto de Salud nacional. Ya no se habla de potencia médica. Como dato interesante, el gobernante Fidel Castro es intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones por un médico español, desechando los servicios de los galenos cubanos.

Los servicios primarios de salud en Cuba durante los últimos años se han venido prestando por los llamados  Consultorios Médicos de la Familia. Desde su punto de vista: ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades y si es necesario, además de posible mantener este tipo de servicios?

La atención primaria de salud se ha visto seriamente afectada. El programa de construcción de consultorios médicos de la familia está totalmente olvidado. Los que funcionan en los diferentes poblados están desprovistos de condiciones mínimas: medicamentos habituales e indispensables para enfermedades crónicas, frecuentes, como la hipertensión arterial, el asma, la diabetes mellitus, etc. se carece de equipos como aerosoles, set para suturas, esfigmómetro para el control de la tensión arterial, etc.

Si tuviéramos que evaluar las fortalezas y debilidades de este servicio de salud se podría decir, que la primera se fundamenta en el plano subjetivo espiritual, cuando se le dice a las personas que van a disponer de un consultorio  dotado de un médico, enfermera y demás paramédicos para 120 familias es difícil no apoyar tal gestión. Y para el mundo, Cuba como país pobre con un bloqueo a decir del oficialismo, que posea una atención médica dispensarizada, gratuita para pequeños grupos poblacionales tan pequeños, sensibilizan a cualquiera. Aprovechando esta situación el gobierno cubano en cuanta reuniones internacionales que asisten.

Sus debilidades aparecen en el plano objetivo: falta de médicos, no se termina de construir el consultorio, carencia de todos los medios necesarios. Este tipo de servicio en una sociedad poscastrista democrática, donde se establezca un verdadero programa de atención puede ser posible y eficiente.

En casi todos los lugares del país hay carencia de médicos y personal de la salud, medicamentos, equipos técnicos de salud, medios como ambulancias, así como falta de infraestructuras. Sin embargo,  el Gobierno exporta hospitales con toda su tecnología y capital humano en esta esfera, ¿qué opinión tienes al respecto en el momento actual y si deberías de mantenerse esa política en un régimen democrático?

Al Estado Cubano interesándole solo a sus gobernantes el mantenerse en el poder realizan todo tipo de arbitrariedades al punto de sacar del país lo poco que le queda en materia de salud para brindar su imagen de país solidario, humano, defensor de los derechos humanos, yendo en detrimento de la seguridad médica del pueblo cubano. Cuando se mantuvo de parasito de la URSS brindó cierta atención, aunque siempre con tecnología obsoleta, comparada con los países del área, pero ahora parasitando a la república de Venezuela han dejado el país desprovisto de los medios no solo básicos sino indispensables. Vendiendo a su personal profesional y técnico como mano de obra barata, además de los medicamentos y equipos del país (algo tan sencillo como las vitaminas Polivit, desaparecieron de las farmacias cubanas, aun cuando la población se encuentra en franca desnutrición, reemplazándolas por una de menor porcentaje vitamínico, Nutriforte).

Se dedican a construir clínicas y hospitales con tecnología de avanzada de la misma forma que construyó y regalo un central moderno a Nicaragua de 80 millones y los de aquí los cierra. Todo esto resultado de un gobierno dictatorial que gobierna por decreto, y donde son dueños de las escasas riquezas y de la economía del país.

En un gobierno democrático se cree es imposible que ocurran cosas como esta, ya que este tipo de solidaridad sería una cuestión personal o de alguna organización, nunca una política estatal, y de ser así previa consulta con el pueblo, al que siempre trataría de protegerse.

Resulta significativo que la salud, otro de los llamados logros de la Revolución haya tenido en los lineamientos del PCC, 143 propuestas asociadas con la calidad de su servicio. ¿Cuáles son las verdaderas causas de la baja calidad de estos servicios en Cuba?

Las verdaderas causas de la baja calidad de los servicios médicos en Cuba, dependen del nivel de atención, los policlínicos, hospitales, consultorios, clínicas estomatológicas, etc. sufren un deterioro progresivo por falta de medios para su reconstrucción o rehabilitación. Además de la insuficiente higiene epidemiológica que presentan las instalaciones hospitalarias en las cuales es frecuente adquirir cualquier bacteria o  complicación ajena al padecimiento con que se presentó el paciente.

Los médicos, enfermeras, técnicos y todo el personal ligado a la salud tienen un solo pensamiento: salir a una misión o colaboración para resolver un poco su situación financiera y de su familia. Esto influye negativamente en la atención directa al paciente, unido a la falta frecuente de medicamentos liberados por receta y dispensarizados, la falta de equipamientos de calidad que influyen a veces en diagnósticos erráticos, y en la demora de los resultados, la insuficiente cantidad de médicos para atender al gran número de enfermos que acuden a diario a recibir cualquier servicio de salud, como resultado de la mala calidad de vida, la insuficiente preparación en la formación de estudiantes sin los requisitos académicos necesarios, además de la poca sistematicidad con que acceden a la práctica en los centros especializados, ya que se han trasladado las clases esencialmente para los policlínicos u hospitales, llamados ahora docentes.

También a la falta de motivación de los trabajadores por los bajos ingresos, que no se corresponden con los altos precios de todos los productos, la insuficiente atención alimenticia que tienen estos centros de salud, carencia de agua potable, por lo que también la esterilización es un problema.

La centralización del Sistema de Salud y su carácter solo público, que impide la iniciativa privada para solucionar cualquier problema, destinándose estos servicios solo a ser subvencionados por el Estado y a que se tomen las decisiones desde el nivel Central del gobierno.

La no correspondencia entre el trabajo de prevención y promoción de salud que se lleva a cabo por los médicos en lo personal, enfermeras y por los medios de comunicación masiva y las pocas posibilidades de la población a vivir con higiene en su entorno, condiciones óptimas de vivienda, tener una dieta alimenticia adecuada, etc.

Como resultado de este caos de la salud pública en Cuba, el pueblo no se siente seguro, tiene temor de los servicios que le prestan, queriendo ser atendidos por los pocos especialistas de calidad que quedan en la Isla.

¿Cómo se define la calidad de vida y cuáles son sus indicadores?

Calidad de vida es sinónimo de bienestar individual y social, hay un sinnúmero de indicadores o índices de nivel de vida, ejemplo, alimentación adecuada, asistencia médica, salud ambiental, higiene y epidemiología, mortalidad infantil, seguridad social y seguridad personal, salario percapita, y salario mínimo, asistencia social, crecimiento económico, nivel educacional y profesional, etc.

La UNESCO presenta informes donde se da a Cuba como uno de los poseedores de más alto Índices de Desarrollo Humano, donde se incluye como indicador la calidad de vida de sus habitantes. ¿Existe en nuestro país calidad de vida o no?

La UNESCO hace su informe basado en la estadística que brinda Cuba a este organismo, es una pena que un organismo de tanto prestigio se rija por ello. Basta decir que hace unos meses en la 1ra Conferencia Nacional del PCC Ricardo Alarcón presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular dijo que el salario anual de cubano es de 9.000 dólares.

Aquí hay un indicador de calidad de vida muy sobrevalorado, que es la mortalidad infantil, que expresa número de muertes de un año por cada mil nacidos vivos, sin embargo, no se mencionan los altos índices de interrupciones de embarazo por aborto provocados o espontáneos de fetos vivos hasta veinte semanas de gestación, partos inmaduros por diversas causas que se producen de veinte a veintiocho semanas y los pretérminos o prematuros de veintinueve a treinta y seis punto seis semanas de edad gestacional.

Es bueno que haya índices bajo de mortalidad infantil, pero no se deben ignorar estos datos, y mucho menos confundirlos con calidad de vida. En las condiciones de miseria extrema que vive el cubano no se puede hablar de calidad de vida.

Cuando se habla de calidad de vida debe tenerse en cuenta lo estrechamente ligado que está con el bienestar social del individuo y la sociedad, y aunque no debe confundirse con nivel de vida, sí hay que especificar, que calidad de vida incluye no solo elementos de riqueza y empleo sino también de ambiente físico y arquitectónico, salud física y mental, educación, recreación y pertenencia.

El bienestar social como factor perteneciente a la calidad de vida, debe permitir o dar lugar a la tranquilidad y satisfacción humana, aunque es un concepto subjetivo está atravesado directamente por factores económicos objetivos. Vale aclarar que en el caso cubano se han tergiversado o se ignoran estos conceptos, ya que el bien social no implica un colectivismo donde todos son en teoría dueños de todo, pero en la práctica la propiedad, posesión y uso no funciona, no es del pueblo. Sino de una minoría usurpadora que ocupa el vértice de la pirámide social, desde donde usa y abusa de la propiedad y desde allí administra la abundancia y  la escasez.  La verticalidad del sistema de salud cubano es una muestra palpable de lo anteriormente expuesto.

Otro argumento de la afirmación de que en Cuba no hay calidad de vida es la falta de cohesión social como categoría sociológica que se asocia a este concepto, el mismo se considera como el grado de consenso de los miembros de un grupo social o la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común y manifiesta el nivel de intensidad en la interacción social dentro del grupo.

Lo contrario de la cohesión es la anomia que significa el comportamiento no basado en normas. En un país totalitario como Cuba, donde el pueblo no participa en la elaboración de las normas sociales y le son impuestas hay una tendencia manifiesta a la transgresión, por el carácter jerárquico y disfuncional en la coordinación y organización de la acción social. El constante uso del nosotros y del hablar y actuar continuamente en nombre del pueblo no significa que éste perciba que existe buen desempeño, respeto hacia la sociedad, y consenso en el actuar de los que gobiernan y por tanto del interés común. Por lo que es imposible que se hable de cohesión social y por ende de calidad de vida.