Por: Pedro Antonio Alonso Pérez
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Centro de Estudios para la Democracia Proactiva
El problema de la producción agropecuaria necesita una revisión total, aunque es una necesidad en toda Latinoamérica, el caso cubano requiere una investigación especial, por ser un problema sistémico. En este aspecto y con vista a obtener un diagnóstico real de la situación del desarrollo rural y de su economía agropecuaria en Cuba, el Centro de Estudios para la Democracia Proactiva “José Ignacio García Hamilton” abre una línea de investigación sobre el tema, que comienza con este trabajo.
En el tiempo trascurrido desde que el Consejo de Ministros determinó la rebaja de los precios de los insumos que se le vendían a los productores cubanos en los primeros días de agosto, la prensa oficial no ha dejado de hacer referencia al asunto, en ocasiones para alabarlo y en otras para hacer alusión al hecho de que algunos de los productos de mayor demanda se estaban agotando, lo que muestra la alta incidencia de la improvisación y la falta de previsión, coherencia, e integralidad de las medidas que se están implementando. Por lo cual se hace necesario preparar y presentar un perfil completo de la situación actual.
Se hace imprescindible analizar todos los aspectos del problema y sus verdaderas causas, como únicas vías para crear un contexto político, económico y social, que permita crear un clima de confianza y credibilidad de todos los actores involucrados en el asunto, de lo contrario se repetirá la misma historia de cuando se implementaron las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (U.B.P.C.) y el Mercado Agropecuario cuando el periodo especial en los años 1993-1995, que según el discurso oficial eran las reformas que necesitaba el Sector Agrícola cubano para iniciar su recuperación. Casi veinte años después vemos como el remedio fue peor que la enfermedad, precisamente porque todas las medidas que se toman se encuentran supeditadas a intereses políticos o de grupos, que nada tienen que ver con las aspiraciones y necesidades de los productores, sus familiares y la comunidad, los cuales deben tener absoluta autonomía e independencia, si es que el país desea tener autonomía alimentaria.
Con medidas circunstanciales no se resolverá el problema de la alimentación en Cuba. Por décadas el Gobierno cubano prefirió comprar en el mercado internacional una gran cantidad de productos agrícolas que fácilmente se podían producir en Cuba, pero prefirió hacerlo, antes de incentivar y apoyar al productor nacional, y solo cuando se pierde la capacidad de importarlas es que se mira hacia el interior del país, y aun así, son insuficientes las medidas que se toman y a la vez contradictorias.
Un ejemplo palpable es el Decreto Ley 259 de entrega en usufructo, con más de dos años y medio de implementado, no es hasta este año que se comenzó a conceder créditos y se abrieron las tiendas para los insumos, y hasta la fecha no se ha resuelto el problema de la prohibición de construir una vivienda en la tierra entregada, y el tiempo que puede durar el usufructo. Por otro lado, cuando se pone la tienda para vender los insumos, le colocan unos precios excesivamente altos.
Por ejemplo:
No. |
Producto |
Precio Inicial | Rebaja actual | ||
MN. | CUC | MN | CUC | ||
1 | Lechera o cantara | 800.00 | 32.00 | 400.00 | 16.00 |
2 | Machete | 80.00 | 3.2 | 30 | 1.2 |
3 | Pico | 250.00 | 10.00 | 250.00 | 10.00 |
4 | Pala | 175 | 7 | 100 | 4 |
5 | Azadón | 115.00 | 4.6 | 70 | 2.8 |
6 | Rollo de alambre de púa | 800.00 | 32 | 680.00 | 27.2 |
7 | Metro de soga | 8.00 | 0.32 | 6 | 0.24 |
8 | Lima | 55.00 | 2.2 | 30.00 | 1.2 |
9 | Arado No. 2 de tracción animal | 1 200 | 48 | 1 200 | 48 |
10 | Arado de pértigo | 690 | 27.6 | 690 | 27.6 |
11 | Grada de tracción animal | 2 350 | 94 | 2 350 | 94 |
12 | Cubo metálico para ordeño | 235 | 9.4 | 85 | 3.4 |
13 | Cultivadora para bueyes | 1 635 | 65.4 | 1 635 | 65.4 |
14 | Cultivador de cinco patas | 2 070 | 82.8 | 2 070 | 82.8 |
15 | Sombrero | 26 | 1.04 | 26 | 1.04 |
16 | Yugo | 26 | 1.04 | 26 | 1.04 |
17 | Carreta para bueyes | 4 250 | 170 | 4 250 | 170 |
18 | Muda de Ropa | 100 | 4 | 100 | 4 |
Total | 14865 | 594.6 | 13998 | 549.92 |
Es necesario destacar que insumos tan necesarios como maquinarias agrícolas y sus implementos, sistema de riego, semillas, insecticida, medicina veterinaria, etc. no se encuentran disponibles para realizar una actividad agropecuaria eficiente.
Para mejor comprensión de cuáles son las condiciones que debe enfrentar un usufructuario que se acoja al Decreto Ley 259, en dos sectores importante de la agricultura como son la ganadería y frutos menores, le ponemos algunos ejemplos:
Un usufructuario que decida iniciarse en la ganadería y solicite una caballería de tierra, o sea, 13.42 ha necesitaría alrededor de seis mil pesos en moneda nacional (MN) para su acondicionamiento si está cubierta de marabú o maleza, es decir unos 240 CUC.
Para cercarla necesita unos cincuenta y dos rollos de alambre de púa, que al precio que lo vendía el Estado tendría que disponer de 41 600 pesos MN, uno 1664 CUC, en precio actual de 680 pesos MN, necesitaría 35 360 pesos en MN o 1 414.40 CUC.
En la compra de 10 vacas gestantes o recién paridas tendría varias dificultades entre las cuales está, que el Estado no cuenta con un centro especializado en producir animales de alto valor genético para la producción de leche, y las unidades estatales que tienen algunos animales de cierta calidad no los venden, lo que hace muy difícil agrupar un pequeño lote de vacas para el ordeño, pero si las consiguiera con el Estado, las 10 vacas le costarían como promedio, 1 200 pesos en MN cada una, igual a 12 000 pesos MN, que equivalente a unos 480 CUC.
Si se las compra a un productor privado y tienen buen rendimiento de leche, les pueden costar alrededor de 2 500 pesos MN cada una, que serían 25, 000 pesos MN, igual a 1,000 CUC.
La compra de un caballo para trabajar el ganado y como medio de transporte, con los arreos (basto de monturas), le puede costar 11, 000 pesos MN igual, alrededor de unos 440 CUC.
Una yunta de bueyes para acarrear la leche, cargar agua, y preparar un pedazo de tierra para su auto consumo, le cuesta entre 8,000 y 10,000 pesos en MN, aproximadamente 400 CUC.
Un pequeño carretón para bueyes, valdría 4,250 pesos en MN, unos 170 CUC, una cultivadora 1,635 pesos MN, 65.4 CUC. Un cubo para ordeño 85 pesos MN, igual a 3.40 CUC. Dos cantaras: 1,360 pesos MN, resultando 54.4 CUC.
Una pequeña nave rústica con techo de guano, para ordeño, cuesta aproximadamente unos 3,000 pesos MN, igual a 120 CUC.
En total la suma de la inversión ascendería aproximadamente a 88,190 pesos MN, nada más y nada menos que 3,527.60 CUC.
Téngase en cuenta, que en estos cálculos no están incluidos los costos de la mano de obra del usufructuario y su familia.
Sí el usufructuario decidiera dedicarse al cultivo de frutos menores y recibiera dos hectáreas del tierra, necesitaría para condicionarla, es decir limpiarla del marabú 1,000 pesos MN, 40 CUC.
Para cercarla y proteger sus cultivos necesita seis rollos de alambre, a 680 pesos serían 4,080 pesos MN, unos 163.30 CUC. Necesita 4,080 pesos MN sin la mano de obra.
Si para roturarla consigue un tractor, algo difícil en esta provincia de Santiago de Cuba, le costaría 1,000 pesos MN y 80 litros de petróleo a 5 pesos MN el litro, que es lo que cobran lo que prestan este servicio, lo que arrojaría un total de 1,400 pesos MN.
Si lo hace con bueyes, cada jornada le cuesta 50 pesos MN, emplearía unas 14 jornadas, lo que ascendería a unos 700 pesos MN. Este servicio es muy difícil de conseguir, por lo que sería más recomendable la comprar de una yunta de bueyes, que si está amaestrada le cuesta entre 8,000 y 10,000 pesos MN pero es preferible la inversión.
Un arado costaría 1200 pesos MN.
Un yugo 120 pesos MN.
Dos coyuntas 100 pesos MN.
Hasta aquí tendría que disponer de 16 460 pesos MN, sin contar el precio de la semilla y todas las labores de preparación de suelo, cultivo y posterior cosecha, que fácilmente alcanzaría unos 18 000 pesos MN, sin la posibilidad de adquirir un pequeño sistema de riego.
A partir de este análisis, no es difícil llegar a la conclusión de que todo lo que se ha venido realizando para tratar de aumentar los niveles de producción en el país, no satisfacen las necesidades y voluntad de los que deciden iniciarse como productores agrícolas. No existe la voluntad política en el país para buscar la verdadera causa del problema, ni las soluciones que exige el momento. Por eso son tantas las demoras y las incoherentes medidas aplicadas por el gobierno. La implementación del Decreto de Ley 259 a finales del 2008, debió estar acompañada de un paquete de medidas que complementaran y garantizaran el éxito de tal iniciativa.
El gobierno se dedicó a tomar medidas circunstanciales, que muchos la perciben como una maniobra estratégica, hasta tanto aparezca una solución que ponga fin, a la insostenible alza de los precios de los alimentos en el mercado internacional.
Se hace evidente, que existe un estado de desconfianza o incertidumbre entre los productores y el Estado, al no definir claramente el problema de los créditos, del usufructo o propiedad y prohibir construir una vivienda dentro de la tierra en usufructo.
Todo indica que existen sectores en el gobierno que se oponen a la reforma y a reconocer el fracaso de la política agraria implementada por ellos. Si no existe confianza, si no existe un grupo de cambios en la legislación vigente, que garantice y proteja los derechos de los productores cubanos, no existirá en Cuba el clima propicio para que salgamos adelante.
La imposición de un modelo socialista en la agricultura cubana fue fatal, y es el ancla que no nos permite avanzar, y hasta tanto no se implemente en el país una política agraria encaminada a establecer profundos cambios estructurales, donde se priorice un programa de desarrollo participativo, dirigido a la comunidad, con toda independencia y autonomía para emprender acciones y proyectos, sujetos a los derechos de propiedad y de la libertad económica, solo así habrá progreso.