Centro para la Democracia Proactiva

Título: Explotación Infantil en Songo – La Maya.

A: Presidente del Poder Popular Municipal en Songo – La Maya

Msc. Manuel Falcón Hernández

De: Municipio de Oposición Songo La Maya.

Señor Presidente del Poder Popular, máximo representante de todos los habitantes del municipio Songo – La Maya, territorio eminentemente agrícola, donde la cosecha cafetalera se convierte en uno de sus principales renglones.

Nos dirigimos a usted, con el objetivo de formular una demanda bajo los siguientes argumentos que a continuación exponemos a su consideración.

Fundamentación.

En estos días del mes de octubre y principios de noviembre hemos observado como acuden a los campos de café, niños y niñas menores de 12 años de diferentes escuelas primarias del Municipio, particularmente del poblado cabecera de la Maya, con el objetivo de recolectar el grano. Así sucedió con los alumnos de 5to. y 6to. Grado respectivamente de las escuelas José Martí y 28 de Enero.

Los infantes tuvieron que caminar en algunos casos distancias considerables desde sus casas o centros educacionales hasta los campos (4 km.), la mayoría sin vocación alguna por la actividad a realizar, y sin la capacidad de tomar decisiones al respecto. Además de las movilizaciones más comunes que se realizan con los niños y niñas de la enseñanza secundaria y preuniversitaria, todas inferiores a los 18 años de edad.

Toda esta actividad agrícola se realiza obstaculizando su periodo educacional y sin remuneración alguna. Aunque la entidad rectora o sea el Ministerio de Educación recibe compensación económica por el trabajo de los niños.

Los niños son obligados a cumplir con esta obligación laboral, de lo contrario recibirán señalamientos de sus Expedientes Acumulativos, que perjudicaría su aspiraciones futuras al no alcanzar la condición de alumnos integrales.

Además, el trabajo de se puede considerar “voluntario” cuando están obligados a cumplir una norma de recolección, que oscila entre 1 1/2  y 2 latas de 5 galones por jornada.

Teniendo en cuenta la claridad y especificidad de los conceptos, definiciones, acerca del trabajo infantil y convenios realizados por Cuba ante las diferentes Instituciones y Organizaciones Internacionales, como Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT),  la UNICEF, y el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) por sus siglas en Ingles, nos vemos en la necesidad de exigirle una revisión de la política de empleo, ante la necesaria recogida del café en el municipio y el agravante uso de menores para tales fines.  Debido a que, precisamente entra en contradicción con los estándares exigidos por las diferentes organizaciones antes mencionadas, en la cual Cuba participo el 20 de noviembre de 1989 en la ciudad de New York ante la Convención Internacional de los Derechos del Niño suscribiendo su firma el 26 de enero de 1990 y que ratificó el 21 de agosto de 1991.

En tal sentido se entiende por Explotación Infantil al trabajo de niños en cualquier sistema de producción económica de un país, una región y en el mantenimiento económico de un grupo familiar. Constituyendo un hecho que azota en especial a países en vías de desarrollo, y en el que también se ven implicados los países industrializados y al cual es permitido llamarlo Trabajo Infantil.

Se puede hablar estrictamente de «explotación infantil» en los siguientes casos:

Todos los niños y niñas menores de 18 años que desempeñan cualquier actividad económica de producción que afecte su desarrollo personal o el disfrute de sus derechos.

Niños y niñas que son obligados a mantener un constante trabajo para que después le quiten los ingresos recaudados.

Niños y niñas en edades comprendidas entre los 12 y los 14 años que realizan cualquier trabajo que implique un riesgo y sea evidentemente peligroso.

Todos aquellos menores de edad que son víctimas de las peores formas de explotación infantil como las siguientes:

Niños y niñas víctimas del tráfico (drogas, armas, etc.)

Que sufren cualquier forma de esclavitud.

Obligados a prostituirse.

Reclutados por la fuerza, obligados o inducidos a realizar actividades ilegales o que amenazan su integridad.

A todas luces es pertinente el uso del concepto «explotación infantil» en vez del genérico de «trabajo infantil» en la medida en que existen formas de trabajo en las que participan niños, niñas y adolescentes, y que no necesariamente implican formas de explotación o abuso, como son los trabajos formativos propios de las culturas ancestrales o el trabajo vacacional (temporal) de colegiales en las sociedades urbanas, ayuda a los padres en negocios familiares u actividades hogareñas. En este sentido vale la pena recordar los artículos de la declaración universal de los derechos humanos: Artículo 3 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Son diversas las razones que inciden directamente en que se establezcan formas de explotación infantil, y aunque en Cuba el Estado, tiene previsto y sancionado la práctica de tales hechos, todavía persisten algunas manifestaciones, esta es una de ellas, y lo más inaudito es que es aceptada y estimulada por el oficialismo.

Todo esto tiene un contraste paradójico al ver como muchos niños y niñas tratan de evadir la actividad alegando cualquier justificación para no asistir, motivo que involucra a los padres, y los hace mentir, tratar de conseguir un permiso u autorización de los docentes para obtener un pase o sencillamente no participar, acudir al médico para conseguir un certificado por el facultativo, y otras tantas que se suman a las escasas condiciones que posee la familia cubana para adquirir el vestuario y calzado adecuado, así como alimentos necesarios para el gasto de energía.

Razones que conducen a la explotación infantil.

Marginación social y extrema pobreza: la familia en general carece de las condiciones necesarias de subsistencia y hace que los niños trabajen para mantener la economía familiar. Esta situación solo puede resolverse con una decidida voluntad estatal de desarrollar a la nación y proteger la familia.

Redes de explotación infantil: múltiples redes del crimen organizado trabajan en todo el planeta para usar a los niños y niñas en sus propósitos económicos, como la mendicidad y la prostitución.

Conflictos armados: en situaciones desastrosas de orden público, los niños y las niñas son víctimas de todo tipo de abuso.

Por presión del grupo de padres: algunos niños y adolescentes trabajan por acompañar a sus amigos, sus ganancias son utilizadas para cubrir sus propias necesidades, pero por el gusto de manejar dinero se van quedando mayor tiempo en las calles, adaptándose a las vivencias de la calle.

Por negligencia de sus padres: Esto es un acto de irresponsabilidad paterna. Es muy frecuente en padres adolescentes.

Por orfandad: Esto se da cuando los niños o adolescentes son huérfanos y no tienen como sostenerse (esto tiene que ver algo con la mendicidad).

Salta a la vista, que el caso en cuestión tiene incidencia en las razones  No. 1 y No. 5 respectivamente con la particularidad de que los niños trabajan para mantener la economía del Estado y la negligencia de los padres al obviar los peligros que el trabajo puede producir a edades tempranas.

Los reportes de la UNICEF dicen que alrededor de 346 millones de niños y niñas son sujeto de explotación infantil en el planeta, y al menos tres cuartas partes (171 millones) lo hacen en condiciones o situaciones de peligro. Sin embargo, según el reporte «Protección infantil contra el abuso y la violencia: Explotación infantil» de Unicef, el 70% de los niños y niñas trabajadores del mundo lo hacen en el sector de la agricultura.

En determinadas condiciones, el trabajo infantil en la agricultura puede implicar explotación infantil, así como riesgos físicos, debido a la manipulación de herbicidas y pesticidas, al uso de maquinaria pesada o instrumentos punzo-cortantes, por adversidades climáticas y muchas veces por largas jornadas de trabajo. Los niños y niñas se exponen también a violencia en lugares de trabajo por parte de los adultos con consecuencias psicológicas como el abuso y el estrés ocasionado por la presión de cumplir con determinadas cuotas de producción. También es dable agregar los peligros que pueden producirse por las mordidas de reptiles (culebras), picaduras de Abejas o Avispas, caídas de gajos secos de árboles frondosos, pinchazos en la vista u otros lugares del cuerpo, por ramas, caídas etc.

Considerando:

1ro. Por que no deben trabajar los niños:

Los niños y niñas no deben trabajar para evitar condiciones de explotación laboral.

El trabajo no permite al menor espacio para la lúdica, tiempo normal para los niños del mundo.

El trabajo atenta contra los derechos fundamentales del niño.

El trabajo puede poner en riesgo su salud mental y física.

2do.  Por qué son trabajos peligrosos:

Trabajos peligrosos son todas aquellas actividades que ponen en peligro la vida y la salud del trabajador (niños o niñas).

Entre los trabajos peligrosos se encuentra aquellos relacionados con la labor agrícola, donde se manipulan productos químicos como, fertilizantes, pesticidas, objetos corto punzantes o eléctricos.

3ro. Porque son trabajos sospechosos y que a su vez atentan contra la dignidad humana

Trabajos que no tienen un riesgo para la vida, pero que constituyen un abuso a los derechos del niño son aquellos que le exigen trabajar obligados o en situaciones donde se aprovecha su inocencia, con ninguna o poca remuneración y que obstaculizan el normal desarrollo de su crecimiento, considerados también abuso infantil. Entre ellos se puede contar a los niños y niñas que trabajan en las plantaciones

4to. Normativa internacional

La Organización Internacional del Trabajo fijó en su Convenio 138 que sólo los niños y niñas mayores de 12 años pueden trabajar pero solo en actividades que no «entorpezcan su formación«. (Labores hogareñas). En algunos países el niño y la niña entre 12 y 18 años deben tener un permiso firmado de sus padres.

Por tanto: los niños y niñas no están en capacidad de tomar decisiones.

Por tanto: los niños y niñas no están preparados física y mentalmente para asumir ese rol.

Por tanto: los niños y niñas no reciben remuneración alguna por trabajo realizado.

Por tanto: los niños y niñas recogen café para el Estado y después su propia familia tiene que comprarlo al mismo Estado en los establecimientos dispuestos a tal efecto.

Por tanto: los niños y niñas recolectan café y luego se le vende como consumidores no café con chícharos, como se vende en todas las bodegas.

Por tanto: los niños y niñas tienen que trasladarse a distancias considerables desde su centro de estudio u hogar hacia los campos (4 km. de ida y regreso).

Por tanto: los niños y niñas en campamentos están expuestos a normas de convivencia que traen consigo la prostitución, promiscuidad, violencia, robos, estrés, malos vicios, etc.

Por tanto: los niños y niñas son propensos a adquirir enfermedades producto del fecalismo al aire libre al que se ven obligados mientras permanecen en los campos, por un tratamiento deficiente o ninguno de la supuesta agua potable o por malas condiciones higiénico sanitarias en general o por todas las condicionales anteriores.

Por tanto: los niños y niñas en los campamentos no cuentan con un equipo médico profesional, ni un transporte para asistirlo en casos de emergencia.

Por tanto: los niños y niñas no reciben la alimentación adecuada, pues el gramaje, la variedad, calorías y calidad de la misma es deficiente y solo abunda el arroz con chicharos en las comidas mientras el desayuno es con té y pan seco, dejando para la merienda medio jarrito de agua de azúcar.

Por todo lo antes expuesto los miembros del Municipio de Oposición Songo – La Maya en representación de los niños como víctimas y sus familiares, indefensos ante los poderes del Estado, decidimos lo siguiente:

Demandar: cese la política del Estado, en particular en nuestro territorio, respecto al uso de niños y niñas para la recolección de café.

Demandar: se le den cumplimiento a los  acuerdos contraídos por Cuba sobre el uso indiscriminado de menores en labores agrícolas.

Demandar: el cese inmediato de tales prácticas en franco aprovechamiento de la ingenuidad de los niños y niñas.

Demandar: el pago a los obreros de otros sectores por la actividad agrícola realizada fuera del contenido de trabajo y funciones de su plaza.

Demandar: el cese de la estafa al consumidor, con la venta de café mezclado con chicharos.

Demandar: que cese la mano de obra barata o el trabajo esclavo que realizan los niños y niñas en la cosecha de café.

Demandar: que para utilizar  a los niños y niñas en labores agrícolas se cuente con la autorización de los padres o persona mayor responsable de su custodia de forma voluntaria, sin coerción o implicaciones académicas y políticas.

Demandar: que se respete y se reconozca el derecho de los niños y niñas hasta la edad de 18 años como lo establecen los convenios firmados por Cuba.

Dada a los 15 días del mes de noviembre de 2011, en el municipio Songo – La Maya, Santiago de Cuba, Cuba.

Y para que así conste, firmamos la presente los integrantes del Municipio de Oposición Songo – La Maya.

Roberto Serrano Delis                                Dioscórides Medina Hechavarría
Comisionado de Salud y                             Comisionado de Derechos Humanos
Medio Ambiente

Rosa María Palancar Alcolea                       Andrés Diez Prieto
Comisionada de Vivienda                            Comisionado de Transporte

Vladimir Rodríguez Ortiz                             Yusmila Reyna Ferrera
Comisionado de Agricultura                        Comisionada de  Información Prena

Luís Alain Guzmán                                     Hergues Frandín Díaz
Comisionado de Comercio y                        Presidente Municipio de  Oposición
Gastronomía

Dioscórides Medina Hechavarría
Demandante
Foto Testimonial:

Imagen tomada a los alumnos de la Escuela Primaria José Martí de regreso hacia sus hogares después de la recogida de café, una distancia de 4 km aproximadamente